24 de febrero de 2010

La traición

María se encontraba tirada en el suelo con un disparo de bala en la pierna y sangrando. Al verla Carlos corrió hacia ella y trató de mantenerla despierta hasta que llegara la ambulancia, ya que había perdido mucha sangre durante la persecución. Cuando llegó la ambulancia la subieron muy deprisa y la llevaron al Hospital, María perdió el conocimiento de camino. Varios días después el comisario la pudo interrogar, ya que se encontraba recuperada y con energía suficiente para contar lo que ocurrió.
María es una policía que investigaba un crimen muy sangriento. Habían asesinado a una familia entera a sangre fría y por lo que las pruebas y el lugar de los hechos mostraban habían sido asesinados por una sola persona. María se preguntaba quién había sido capaz de realizar tal acto. Se puso a investigar sobre la familia, los vecinos y los empleados que ayudaban en las tareas domésticas, pero no encontró nada. Revisando los papeles por si se le había colado algo, se dio cuenta de que todos los meses sacaban un dinero exacto y lo ingresaban en una cuenta en Suiza. Eso le pareció muy extraño, ¿por qué todos los meses? Y lo más extraño aún ¿por qué en Suiza? Indagó hasta encontrar el nombre del propietario de esa cuenta, era el nombre de una persona que llevaba muerta seis años, era imposible que perteneciera a esa persona, alguien había falsificado los papeles. Contactó con todos y cada uno de los amigos de la familia y los interrogó uno por uno y fue apuntando los nombres de los más sospechosos. En la lista aparecían tres nombres: Julia Ruiz, Ramón García y Francisco García.
María estaba convencida de que había sido un complot, era mucha casualidad que la herencia de la familia en caso de que murieran todos estaba a nombre de Ramón y de Francisco y precisamente Julia era la esposa de Ramón.
María salió de la oficina de la policía donde se guardan todos los documentos y fue hasta el aparcamiento donde tenía su coche, notaba que alguien le seguía pero no le daba mucha importancia, escuchó el crujir de una rama seca, se dio la vuelta y alguien le disparó, rápidamente sacó su pistola y disparó a esa persona, que fue herida, y en el reflejo del coche vio la cara de Francisco y entonces lo comprendió todo. En ese mismo instante Carlos, un policía que se había quedado haciendo horas extras, escuchó los disparos y vio a María tirada en el suelo sangrando. Si no la hubiera visto en este mismo instante estaría muerta.
María acabó su declaración y pidió que se analizaran las manos de los sospechosos de la lista, y efectivamente, la pólvora seguía en las manos de Julia y a Francisco lo descubrieron deshaciéndose del arma. Los dos fueron detenidos y confesaron que tenían un plan, matarían a toda la familia y luego se desharían del marido de Julia, Ramón, para empezar una nueva vida juntos, ya que su familia los había traicionado mucho y los obligó a tomar caminos separados.
María salió del Hospital al poco tiempo ya recuperada y siguió con sus investigaciones.

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