El "perderse" su propio funeral, organizado en forma de velada musical, era una idea impensable para la excéntrica millonaria estadounidense Brooke Hayward, ex esposa del actor Dennis Hopper, que ha preferido celebrar en Venecia (norte de Italia) un "ensayo general" de las exequias.
Ni corta ni perezosa, la neoyorquina asistió ayer a una ceremonia fúnebre minuciosamente preparada y que incluyó un concierto de música clásica, de la que es una gran aficionada, según recoge hoy la prensa italiana.
"Siempre me ha obsesionado saber cual sería la música adecuada para mi funeral -ha declarado- por lo que llegué a la conclusión lógica de que era mejor organizarlo antes y poder participar".
Hayward, de 65 años, escuchó emocionada, sentada en primera fila entre el público, unas "palabras de despedida" de su actual marido, el músico Peter Duchin.
Mientras tanto, una orquesta ejecutaba piezas de Vivaldi, Haendel y Purcell, acompañadas de la voz de un soprano alemán, en un repertorio que la "difunta" había seleccionado con sus composiciones favoritas.
La ceremonia, a la que asistieron numerosos amigos de la pareja, entre ellos numerosos artistas, tuvo lugar en el fastuoso Palacio Brandolini, situado sobre el Gran Canal, una vez descartada la idea inicial de celebrar el evento en una de las numerosas iglesias venecianas.
A continuación se sirvió una cena para el centenar de invitados, con los que la anfitriona, vestida en tonos oscuros, departió animadamente y les agradeció a todos su presencia.
Sin embargo Hayward admitió que algunos de sus amigos habían preferido no acudir a un acto que habían considerado "de mal gusto". "Para mucha gente -se lamentó- la muerte es una tragedia, mientras que para mí es tan sólo la conclusión natural de un proceso que debe estar acompañada por la música".
22 de abril de 2010
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