11 de febrero de 2010

Caso Cerrado

Kate había descubierto al asesino. La comisaría quedaba a unos trescientos metros de su casa atravesando Central Park. No disponía de mucho tiempo para exponer la coartada que había creado el culpable y meterlo entre rejas. Cuando atravesó el hall de la comisaría ya era demasiado tarde; el juez y los abogados ya habían comenzado el juicio. Abriendo de un golpe las dos puertas de la sala, Kate entró y ocupó su lugar. El juez dictaría sentencia en breves momentos.

En 2002, una rica y extravagante familia se trasladó a Nueva York. Estaba compuesta por el señor y la señora Forland y sus tres hijos. Se dedicaban al mundo de las finanzas. Su negocio familiar se encontraba en pleno apogeo por las incontables sumas de dinero adquiridas en bolsa. Sus vidas eran perfectas e inmejorables, hasta que una terrible desgracia se cernió sobre ellos.

El 28 de Mayo de 2007, el periódico New York Times anunció que un ladrón consiguió adentrarse en la morada de esta gran familia y asestó diversas puñaladas al señor Forland mientras dormía. Murió en el acto. La comisaría de policía se encargó de investigar este insólito caso. El comisario Fred Douglas asignó el caso a la teniente Kate Morgan.

El día siguiente al asesinato se inspeccionó el lugar de los hechos. El ladrón fue muy cuidadoso: no había dejado ninguna pista para dar con él. Kate sospechaba más de la familia ya que pudieron haberlo matado para cobrar la millonaria herencia del testamento que de un simple ladrón y decidió interrogarlos uno a uno. No resultaba nada creíble que un ladrón hubiese burlado todas las medidas de seguridad de la mansión y además no hubiese sido avistado por los guardias que vigilaban la morada. Pero lo que no quedaba claro era: ¿quién de los miembros de la familia podía haber sido capaz de cometer tal atrocidad? Y en ese caso ¿habían sido todos cómplices? El juicio se realizaba al día siguiente. No tenían tiempo que perder. Una vez inspeccionada la casa, los forenses y el resto de policías abandonaron la estancia con las manos vacías. El asesino fue muy cuidadoso. Kate no se rindió. Permaneció examinando cada rincón de la casa pero no encontró nada. Se disponía a irse cuando descubrió el brillante resplandor de la luna a través de la ventana. Dentro de unos días sería llena. Algo centelleante que no era la luna la cegaba. Se percató de que, tras una cómoda junto a la cama, había un pequeño cuchillo muy afilado manchado aún de sangre. Estaba dentro de una bolsita de plástico junto con unos guantes de látex también ensangrentados y un anillo, un precioso anillo tallado con esmeraldas y rubíes. Pertenecía a una mujer, estaba segura. O a la señora Forland o a su hija Claire. Aunque para esta última resultaría un poco anticuado. Por detrás había una inscripción: Stephen 21/06/1975. Era la fecha de la boda de los señores Forland ¡Lo había matado su esposa! Cerró la bolsa, tomó algunas fotografías por si se extraviaban las pruebas-no era la primera vez- y se dirigió a sus casa a descansar. El día siguiente era muy importante.

Al final le permitieron quedarse en la sala a pesar del alboroto que causó su llegada. Se percibía cierto aire de tensión. La señora Forland reía junto a sus abogados; sus hijos, Claire y Tom, estaban muy conmocionados por la muerte de su padre. El juez mostraba una actitud indiferente y los miembros del estrado debatían sobre la subida de impuestos el pasado mes. Kate no podía hablar, pero buscaría el momento oportuno para hacerlo. El juez dictó sentencia: por falta de pruebas, los acusados quedaron absueltos. Kate intervino a tiempo y le mostró al juez las pruebas. No le convencieron pero ella tenía guardado un as en la manga: le entregó el anillo a la señora Forland y ella lo cogió. Cuando el juez comprobó que era la propietaria del anillo, quedó arrestada. Sus hijos estaban incrédulos; no se esperaban que la ambición de su madre pudiera llevarla a hacer cosas tan terribles. Por haber resuelto el caso, Kate fue ascendida a jefa del departamento de asesinatos. Fue la primera vez que dejó un caso cerrado.

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