24 de noviembre de 2009

De la nada

Una noche de verano, unos amigos salieron a dar una vuelta por la ciudad. Aburridos, se les ocurrió ir a un descampado en el que no había nada, sólo unos cuantos árboles y muchos hierbajos, para observar las estrellas y pasar el rato. Al llegar, se quedaron fascinados, de la nada había aparecido una vieja casa muy estropeada, que estaba rodeada por un muro bastante alto y con una puerta que era imposible romperla. La casa estaba en ruinas, el viento y los árboles agitándose le daban un aspecto terrorífico. Pablo y Alex, dos de los amigos, insistieron en entrar, parecía una de esas casas encantadas de la feria, mientras que María y Patricia no querían, les parecía peligroso y todo estaría lleno de telarañas. A los chicos no les importó, y saltaron el muro. Entonces, Pablo les dijo a las chicas:


-Si no venís, os vais a quedar ahí solas. Y vamos a tardar bastante, ¿qué hacéis, os quedáis o venís con nosotros?


Estaban indecisas, pero se decantaron por ir con ellos, no se querían quedar solas. Los cuatro saltaron el muro y se dispusieron a entrar en la casa. Patricia no se encontraba bien, le daba la sensación de que había alguien más en la casa a parte de ellos. Por el pasillo se escuchaban ruidos de cadenas, voces y la madera vieja crujiendo bajo sus pies. Al entrar en el salón, Alex que iba primero, se sentó en una silla y empezó a hacer el tonto simulando que era un fantasma. De repente, la lámpara se desprendió del techo, matando a Alex y salpicando con su sangre a los demás. De inmediato salieron corriendo y gritando, pero al llegar a la puerta se la encontraron cerrada. Intentaron abrir la ventana, pero nada, no se abría. Corrieron hacia la cocina, a ver si allí había alguna puerta, y al llegar los cuchillos estaban flotando en el aire y volaron con mucha velocidad hacia María, muriendo al instante. Pablo y Patricia estaban desesperados, sabían que si no salían de allí morirían. Pablo perdió los nervios y empezó a correr hacia la planta de arriba de la casa, dejando a Patricia sola. Patricia escuchó gritar a Pablo, algo le había ocurrido, sabía que si iba a ella también le ocurriría, pero ¿y si hubiera una posibilidad de salvarse los dos? Subió las escaleras y se encontró a Alex y a María cada uno con un cuchillo en la mano matando a Pablo. Se dieron cuenta de que Patricia los miraba, se dieron la vuelta y salieron corriendo hacia ella. A la pobre no le dio tiempo a huir. La casa desapareció, con los chicos dentro y el descampado volvió a estar como antes.



Fin…

No hay comentarios:

Publicar un comentario